Una mujer de 26 años de edad acude a consulta por disnea progresiva de grandes a medianos esfuerzos. Los síntomas remiten con el reposo. El cuadro tiene tres meses de evolución. Niega dolor torácico, síncope y palpitaciones. Refiere que desde la infancia le fue detectado un soplo; sin embargo, fue catalogado como “inocente”. En la exploración física, la paciente se encuentra consciente y orientada, sin cambios de coloración en la piel. Frecuencia cardiaca 90 lpm, presión arterial 120/70 mm Hg, frecuencia respiratoria 24 rpm, SO2 88%. Neurológicamente íntegra. Se encuentra con ingurgitación yugular gdo III, levantamiento precordial paraesternal derecho. Ruidos cardiacos rítmicos, con desdoblamiento fijo del segundo ruido. Soplo sistólico en foco pulmonar III/IV, que se exacerba con la inspiración. Los campos pulmonares se encuentran limpios y se observa edema periférico de predominio en miembros pélvicos por debajo de las rodillas. El electrocardiograma se muestra en la figura 1.
Figura 1. Electrocardiograma.